-No sé a que edad me di cuenta de que no teníamos un cable para enchufarnos a la pared y recargarnos, ni una cajita con pilas que hiciera arrancar el latido del corazón pulsando seguidamente el botón on, ni una ruleta que regulará el ritmo de la respiración, un botón de turbo que nos impulsara a tomar acción o una palanca de freno que nos parase en seco.
-Tan pequeña no sabía ponerle nombre a algo que para mí era tan natural, pero para el mundo social tan tabú, SOMOS MATERIA Y ENERGÍA.
-Ha sido complicado lidiar con mi sentir y el creer social, tanto que durante mucho tiempo me perdí, me olvidé de mí, me arrinconé y me tapé en un rincón, así bien abrigadita, por si algún día decidía volver a por mí.
-Me sumé a unas circunstancias comunes al resto y me obligué a estar ahí, eso me trajo problemas, muchos, actuar en tu propia contra, en contra de tu naturaleza, de tu energía, de tu esencia, te reduce a pelear contigx mismx, a maltratarte, a permitir que los demás lo hagan y a tocar fondo, tanto que ni te reconoces ante el espejo.
-En este punto, como dirían: "como por arte de magia", como yo digo: "tenía que ser así", llegan vagos recuerdos de sensaciones y la alarma se dispara: ¿cuánto tiempo lleva tapada allí? Y lo peor: Ya no recuerdo muy bien cómo era, pero recuerdo la paz que allí había, había miedo por supuesto, pero ilusión también y ganas y una forma de ver y sentir que nada tiene que ver con lo que hay presente, con lo que hay frente a un espejo.
-Hay un punto clave: la energía que se movía en mi era densa, pesada, lenta, opaca y no.....no me identificaba con ella, me había arrastrado por muchos años pero no me identificaba.
-Busqué y encontré, primero el camino de vuelta a mi, y luego me tocó enfrentarme a varios sentimientos: la culpabilidad del propio abandono, el despertar de una energía que quería acomodarse a mi rápido pero que me daba vértigo, olvidé cómo cuidarme, quererme, tratarme, darme espacio y lugar y lo peor: no sabía cómo exponerlo al mundo, un mundo lleno de juicios, de prejuicios que no entiende muy bien lo que no es visible, no sabe gestionar lo que siente y no sabe cuidar ni de una cosa ni de otra.
-Hoy esa energía densa, lenta y opaca ha cambiado, no por arte de magia sino por el arte primero de creer en ella y segundo de trabajar para que el cambio ocurriera, para que se acomodara en mi, dejarla salir, darle sus tiempos y respetar sus descansos.
-Hoy lo que empezó siendo un trabajo personal es mi propósito de vida, es el camino que recorro acompañando a otras personas, lo que empezó hace 15 años siendo un trabajo estándar de psicología ha girado de tal manera que no sé aportar valor a la vida de los demás sino es desde la materia y la energía, sino es cuidando de ambas.
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